TANNENBERG ( V PARTE )



Tras dar estas órdenes  partí para Hohenstein y por el camino pasé por el campo de batalla, el cual me causó profunda impresión. Al este de Hohenstein nuestras columnas estaban enredadas con masas de prisioneros rusos y no era objetivo fácil restaurar el orden. El 1º cuerpo de la Reserva y el 20º cuerpo de ejército estaban reuniéndose a lo largo de la carretera de Allenstein a Hohenstein  y el mando había obtenido al menos dos cuerpos de ejército a su disposición.

La batalla estaba llegando a su desenlace. La 3º división de la Reserva había irrumpido a través de las líneas enemigas y alcanzado Muschaken, al este de Neidenburg. Los rusos, retirándose a través de los bosques intentaban deslizarse entre el cerco alemán en varios puntos. En Muschaken en particular una lucha furiosa tuvo lugar el día 30, pero sin ninguna influencia en el resultado de la batalla.

El general Samsonow se disparó asimismo y fue sepultado cerca de Willemberg sin ser reconocido. Su viuda, que estaba en Alemania en relación con temas concernientes a los prisioneros de guerra, pudo descubrir su tumba por un relicario que había sido tomado para propósitos de identificación de el cuerpo del general caído cuando fue enterrado.
Los generales rusos que fueron tomados prisioneros llegaron a Osterode e informaron al general Von Hindenburg.

Yo no podía regocijarme de entero corazón en nuestra inmensa victoria, por la tensión impuesta sobre mis nervios por la incertidumbre acerca del ejército de Rennenkampf había sido demasiado grande. Por lo mismo, estábamos orgullosos de esta batalla. La victoria había procedido de una ruptura, un movimiento envolvente, firme resolución para ganar y una limitación de propósitos. A pesar de nuestra inferioridad en el frente Oriental, habíamos tenido éxito en agrupar sobre el campo de batalla una fuerza casi tan fuerte como la del rival. Yo pensé en el general conde Von Schlieffen y le agradecí sus enseñanzas.

En la iglesia protestante de Allenstein el general Von Hindenburg y yo rendimos gracias al altísimo Dios por esta victoria.


No tuve ni un momento libre para la relajación. Tuve que trabajar para reagrupar al ejército de cara a las siguientes operaciones. Era objetivo singularmente difícil simultanear el final de una batalla y hacer planes para la siguiente, Innumerables asuntos debían resolverse en el intervalo. Un tema urgente era el traslado de los prisioneros Apreciando lo incierto de la situación, ya su número suponía una pesada carga.

Fui condecorado con la cruz de hierro de segunda clase, de la cual yo estaba tremendamente orgulloso. Incluso ahora, cuando pienso en Lieja y Tannenberg, mi corazón salta con disculpable satisfacción. El valor de la cruz de hierro de segunda clase menguó en el curso de la guerra. Pero la orden debería ser portada con garbo por cualquiera que la haya ganado honorablemente.

En el frente Occidental los victoriosos progresos de las armas alemanas no encontraban todavía contestación. Por ello el Cuartel General consideraba que podría reforzar al VIII ejército con tres cuerpos de ejército desde el Oeste. El telegrama anunciando la propuesta llegó justo al inicio de la batalla de Tannenberg. Más tarde pregunté si uno de los cuerpos de ejército podía ser retenido en el Oeste, y puesto que yo no había solicitado refuerzos, los acepté. Así que solamente dos cuerpos de ejército acudieron, el cuerpo de Guardias de la Reserva, el 11º cuerpo y la 8º división de caballería.

La decisión de debilitar las fuerzas en el Occidente fue prematura, aunque , por supuesto, nosotros en el Este no podíamos saber eso, puesto que los informes desde el Oeste eran favorables. Pero fue especialmente desdichado que el refuerzo destinado al frente Oriental fuera sacado del flanco derecho, el cual combatía en el punto crítico, en contraposición al flanco izquierdo, que era más fuerte de lo necesario tras la batalla de  Lorena.  

El cuerpo que hubiera sido el tercero despachado a Oriente se quedó en Lorena.

La situación en Galitzia se había  hecho ya amenazadora. Las principales fuerzas rusas se habían  abalanzado sobre los ejércitos austrohúngaros golpeándolos al este de Lemberg a finales de agosto. El ejército austrohúngaro no era, al principio de la guerra, un instrumento de lucha de primera clase. Si hubieramos tenido intenciones agresivas antes de la guerra, habríamos insistido a Austria-Hungría para mejorar sus armamentos. Allí las conexiones ferroviarias eran totalmente inadecuadas, además deberían haber sido extendidas. Nuestra negligencia a ese respecto fue, en cualquier caso, un gran error. La Triple Alianza era solamente una unión política, mientras la alianza francorrusa era definitivamente de carácter militar , y esto constituyó una gran ventaja para nuestros enemigo.


Incluso nuestros preparativos con Austria-Hungría para el caso de una guerra conjunta eran de lo más escasos. El general Von Schlieffen siempre temió un vacío de confianza, lo cual precisamente sucedió. Un esquema de operaciones conjuntas existió solamente en sus trazos mas generales. El despliegue de los ejércitos austrohúngaros alejados de las riberas del río San solo estaba justificado si ellos se consideraban superiores al ejército ruso sin ayuda externa, como muchos oficiales austrohúngaros creían, o si nosotros cruzabamos el  Narew simultaneamente con poderosas fuerzas. Pero  no estabamos en posición de hacerlo, puesto que la última ley militar no nos había proporcionado los tres cuerpos de ejército que el Estado Mayor había esperado. Aún más, ahora también debíamos  componérnoslas en el frente Occidental a causa de la defección de Italia


De acuerdo a las anteriores acuerdos militares con Italia, tres cuerpos de ejércitos italianos y dos divisiones de caballería acudirían a ayudar en Alsacia, mientras el cuerpo principal del ejército, menos las fuerzas de defensa costera, serían dispuestos a lo largo de la frontera franco-italiana. Simultáneamente, la flota se dispondría para aislar a Francia de sus colonias en el Norte de África. Estos acuerdos estuvieron en vigor durante algún tiempo, pero finalmente no se practicaron. Entonces, por expreso deseo del general Pollio, jefe de Estado Mayor italiano, estos planes fueron puestos a punto de nuevo.


El general Pollio murió en el verano de 1914, poco antes del comienzo de la guerra.  No fue necesario para Francia dejar ni un soldado en su frontera suroriental, pudo emplear cada soldado contra nosotros, porque sabía perfectamente bien que Italia no iría a la guerra a nuestro lado. Nuestro antiguo aliado nos hizo un indecible perjuicio. Su actitud hacia Inglaterra no fue incomprensible. La animosidad ciertamente existía entre Italia y Austria-Hungría, pero aunque esto era de sobra conocido, no previno a Italia de entrar en alianza con nosotros y Austria-Hungría. Esta alianza trajo a Italia muchas ventajas y naturalemente esperabamos que se sentiría en deuda con nosotros


Un saludable egoismo nacional es fácil de entender y se encuentra en cada nación. Pero hay ciertas leyes éticas que no deben ser quebrantadas, y eso es lo que hizo Italia. Así que no puede quejarse de las críticas adversas que le dedicamos durante los cuatro años de la guerra.


 La crítica situación del ejército austrohúngaro a finales de agosto, opuesta a la mayor superioridad de las fuerzas rusas, no fue pasada por alto.


El general Von Conrad, jefe de Estado Mayor austríaco, insistió, bastante apropiadamente desde su punto vista, que nosotros deberiamos cruzar el río Narew. Pero viendo que el VIII ejército era todavía inferior en número al del general Rennenkampf, era imposible acceder a esta petición. Un avance en dirección a Mlawa-Putusk podía ser en cualquier momento bloqueado por el avance del general Rennenkampf hacia la línea Allenstein-Elbing. No había, por tanto alternativa a enfrentarse primero al ejército del Niemen.


Aparentemente todavía bajo el impacto de la batalla de Tannenberg Rennenkampf había retirado sus unidades avanzadas, pero parecía que trataba de mantenerse entre el río Pregel y el lago Mauer. El VIII ejército estaba obligado a librar una segunda batalla y tenía que usar todas las fuerzas disponibles.


En la ejecución de este plan, los refuerzos procedentes del Oeste fueron desplegados a lo largo de la línea Allenstein-Elbing y el VIII ejército fue concentrado preparado para avanzar entre Willemberg y el frente de Allenstein.


Solamente pequeñas fuerzas quedaron atrás para la defensa de la frontera cerca de Soldau. Estas empezaron a avanzar en Polonia en dirección a Mlawa.


Tan pronto como las tropas hubieron sido desplegadas intentamos atacar a Rennenkampf en un amplio frente entre el río Pregel y el lago Mauer mientras envolvíamos su flanco izquierdo más allá de Lötzen hacia el sur. El objetivo encargado al extremo de nuestro flaco meridional era proteger al ejército de asaltos desde Augustovo y Osowiec, donde refuerzos enemigos estaban al acecho. El VIII ejército iba a luchar en tres grupos  desde el río Pregel al lago Mauer al este de Lötzen y en la dirección de Lyck.


A primeros de septiembre las unidades siguientes estaban preparadas para avanzar:


- Las guarniciones de las fortalezas del Vístula, cerca de Soldau.
- La división Landwehr de Von der Goltz, cerca de Neidenburg.
- La 3º división de la Reserva y el 1º cuerpo de ejército, cerca de Willemberg, Ortelsburg, la 1º brigada de caballería al oeste de Johannisburg.
- El 17º cuerpo de ejército, Passenheim.
- El 20º cuerpo de ejército y el 11º cuerpo de ejército, y el 1º cuerpo de la Reserva a ambos lados de Allenstein.
- El cuerpo de Guardias de la Reserva acudiendo desde Elbing hacia el curso bajo de el río Passarge.
- La 8º división de caballería avanzando en dirección a Lötzen.
- La 1º división de caballería, menos una brigada, estaba todavía ocupando sus posiciones frente al ejército del Niemen. Tambien avanzaba hacia Lötzen.
- La principal Reserva de Koenigsberg mantenía la línea del Deime.
- La principal Reserva de Posen y la división Landwehr del conde Von Bredow estaban siendo transportadas, pero no llegaron a tiempo para la batalla.


Las columnas de suministro y trenes del 1º cuerpo de la Reserva y el 27ª cuerpo de ejército, que estaba tras el río Passarge cuando el avance empezó, tuvieron algunas dificultades para moverse, pero finalmente tuvieron éxito en situarse en sus posiciones sin demasiada fricción.

Elementos de la caballería rusa, antes de que nuestra 1º división de caballería la ahuyentara, había brevemente penetrado hacia el oeste hasta el Passarge y Wormditt, sin causar daños militares, en cualquier caso. Curiosamente no destruyeron ni siquiera la principal línea férrea de Elbing a Koenigsberg.

Era de la mayor importancia para nosotros conseguir que nuestros ferrocarriles trabajaran perfectamente de nuevo, especialmente aquellas que nosotros mismos tuvimos que destruir durante nuestra retirada desde Gumbinnen. Fue especialmente esencial reparar la estación de Korschen . Esta estación fue demolida completamente, pero a las 48 horas de que recobráramos su posesión pudo ser utilizada nuevamente. Fue una suerte, para nosotros que el trabajo de destrucción no hubiera sido llevado a cabo tan profundamente como yo había temido. Las tropas aún no tenían suficiente experiencia. Era evidente que instrucciones técnicas especiales se requerían para ello. Tomé nota mentalmente de esto para futuras ocasiones.

V

El avance contra el ejército de Rennenkampf empezó el 4 de septiembre. El día 7 el cuerpo de la Guardia de la Reserva, el 11º y 20º cuerpos de ejército atrincheraron una posición en frente de las líneas enemigas en Wehlau-Gerdauen-Nordenburg-Angerburg, entre el río Pregel y el lago Mauer, y atacaron en los días siguientes de acuerdo al plan. Los choques , particularmente los del 20º cuerpo de ejército, no fueron bien para nosotros. Los rusos lanzaron un poderoso contrataque. Las posiciones del enemigo eran fuertes y solidamente construidas, y nosotros nunca hubieramos logrado su rendición con las armas y municiones a nuestra disposición, si no hubiera sido porque el envolvimiento proyectado cerca de Lótzen y la fortificada cadena de los lagos estaba empezando a tener sus efectos.

Incluso al este de Lötzen, que había aguantado bravamente todos los ataques enemigos hasta el momento, las cosas no parecían prometedoras. El 17º cuerpo de ejército y la 1º y 8º divisiones de caballería, que habían avanzado desde la fortaleza, hicieron solamente lentos progresos al noreste de los lagos del 8 al 9 de septiembre. Trabaron una lucha  encarnizada cerca de Krugglauken y Possesssern. El 1º cuerpo de ejército, que había presionado desde Nikolaiken y Johannisburg, tuvo que ser desviado hacia norte desde el lado este de la línea del lago.

Mediante este movimiento se aseguró más espacio para el 17º cuerpo de ejército en la noche del día 9. La 3º división de la Reserva, con la división Landwehr de Von der Goltz detrás de ella, estaba todavía avanzando en la dirección Bialla-Lyck. El 3 de septiembre ya había encontrado al enemigo con fuerzas muy superiores cerca de Bialla.

Esta operación también fue extraordinariamente audaz. Para empezar, el ejército ruso del Nieven, con sus 24 divisiones de infantería era mucho más fuerte que el VIII ejército, con sus 15 o 16 divisiones. Más aún, las divisiones rusas contaban con 16 batallones y las nuestras, en ese tiempo, con 12. La capacidad rusa de combate fue incrementada considerablemente por entre 4-6 divisiones que estaban siendo reunidas en torno a Osowiec y Augustovo.  Esta inmensa superioridad podría ser concentrada contra nosotros en cualquier momento y en cualquier lugar designado. Nuestro flanco derecho, en particular, estaba en peligro al este de los lagos. Podía ser abrumado. Incluso en una situación como esta nosotros no teniamos dudas por el momento para aventurar una batalla. Nuestro superior entrenamiento estaba a nuestro favor. Tannenberg nos había proporcionado una gran ventaja.

Al mando del ejército le habría gustado un flanco derecho mucho más fuerte, y una división del 20º cuerpo de ejército, al oeste de los lagos, había sido mantenida a la expectativa para ser puesta a nuestra disposición. Pero esta división tenía que ser restituida al cuerpo. El frente de 50 km sobre el que actuaban los cuatro cuerpos atacando al enemigo, era ciertamente demasiado largo.








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