TANNENBERG ( IV PARTE )


[ NOTA: ESQUEMA SOBRE  LA BATALLA DE TANNENBERG 27-31 AGOSTO DE 1914:

LOS ÉXITOS DEL XVII CUERPO ALEMÁN EN EL FLANCO IZQUIERDO, Y SOBRE TODO, EL DEL I CUERPO EN EL FLANCO DERECHO ALEMAN CON LA SUBSIGUIENTE EXPLOTACIÓN DEL ÉXITO  HACIA USDAU Y NEIDENBURG QUE BLOQUEÓ EL REPLIEGUE DEL CENTRO ENEMIGO, CONVIRTIERON LA DERROTA RUSA EN UN DESASTRE. EL 2º EJÉRCITO RUSO ( EJÉRCITO DEL NAREW ) QUEDABA VIRTUALMENTE ANIQUILADO ]

Queríamos estar presentes en esta confrontación decisiva, a fin de  poder supervisar el núcleo de la cooperación del 1º y 20º cuerpos de ejército, cuyas órdenes ya habían sido impartidas. Justo mientras abandonábamos  Löbau para ir a Gilgenburg las jubilosas noticias de que Usdau había caído nos fueron notificadas. Consideré la batalla ganada. En cualquier caso esto fue prematuro. Pronto trascendió que Usdau aún no habia sido capturada, y solo cayó al atardecer. Desde un punto de vista táctico el ejército del Narew estaba ahora perdido. El 1º cuerpo de ejército arrojó al enemigo más allá de Soldau y marchó sobre Neidenburg.

El 20º cuerpo de ejército, agotado como estaba, no tuvo tanto éxito, y la 41º división de infantería cerca de Gr. Gardienen, no hizo progresos. Ningún avance territorial se logró por el norte.

La división Landwehr de Von Goltz rodeó Hohenstein.

Retornamos a Löbau por la tarde no del todo satisfechos.

A nuestra llegada aparecieron noticias de que el 1º cuerpo de ejército había sido arrollado y que sus restos estaban llegando a Montowo. Esas noticias eran difíciles de creer. Una conversación telefónica con el comandante de ferrocarriles allí reveló el hecho de que las tropas del 1º cuerpo de ejército estaban reagrupándose en ese punto, y más tarde supimos que era solo un batallón el que se encontraba en apuros y cedía. Otro alarmante descubrimiento fue que un número de columnas de suministro estaba retirándose apresuradamente a través de Löbau.

Un general tiene mucha responsabilidad y necesita nervios de acero.

El civil esta inclinado a pensar que la guerra es solamente algo parecido al resultado de un problema aritmético con números dados. Es algo más que eso. En ambos lados es un caso de pugna con poderosas fuerzas físicas y psicológicas desconocidas, una pugna en la que la inferioridad numérica lo torna todo más difícil.

de carácter y con sus propias mentalidades. La única cantidad que es conocida y constante es el vigor del líder.


Todos esos que critican las disposiciones de un general deberían primero estudiar historia militar a no ser que ellos mismos hayan desempeñado un puesto de dirección en una guerra. Me gustaría ver a esas personas compelidas a conducir una batalla por si mismos. Estarían abrumados por la enormidad de su misión, y cuando comprendieran la lo incierto de la situación y la exacta naturaleza de las enormes demandas arrojadas sobre ellos, sin duda serían más modestos. Solamente el cabeza de gobierno, o el hombre de estado que decide sobre la guerra, experimenta la misma o mayor carga de responsabilidad que la del comandante en jefe. En su caso es una cuestión de una única gran decisión, pero el comandante de un ejército esta enfrentado con semejantes decisiones día a día y hora a hora. Es continuamente responsable por el bienestar de muchos cientos de miles de personas, incluso de naciones enteras. Para un soldado no hay nada más grande pero al mismo tiempo más sobrecogedor y serio que encontrarse a si mismo a la cabeza de un ejército o de las fuerzas armadas de su país.




 Entrada la noche recibimos noticias en Lobau de que el 1º cuerpo de ejército había alcanzado Wartenburg. El 6º cuerpo ruso estaba en franca retirada ante el 17º cuerpo de ejército más allá de Ortelsburg, y fue vencido de nuevo al sur de Bischfsburg. Pequeñas partidas fueron enviadas en persecución mientras el grueso del 17º cuerpo vivaqueaba en y al norte de Mensguth, en la noche del día 27.

Nada reseñable aconteció el día 28 salvo dar órdenes al 1º cuerpo de ejército de ocupar Neidenburg. De hecho en ese momento el cuerpo  ya se movía en esa dirección. El 20º cuerpo de ejército estaba ejecutando el ataque en el que habia estado envuelto el día 27, sobresaliendo el empuje de la 41º división. La división Landwehr de Von der Goltz estaba asaltando Hohenstein. El 1º cuerpo de la Reserva y el 17º cuerpo estaba  ganando espacio al oeste, a cubierto de un ataque desde Ortelsburg, a posiciones en una línea  alo largo de Allenstein-Pasenheim.


El día 28 temprano fuimos a Frögenau y nos establecimos en el límite oriental del pueblo. El general Von Scholtz no estaba lejos. Un poco fiable teléfono de campo nos conectaba con el 1º cuerpo de ejército pero la comunicación no era posible con otras fuerzas.


Nuestras primeras impresiones no terminaban de ser favorables. Neidenburg ciertamente había sido tomada, pero la 41º división de infantería había atacado Waplitz en medio de la niebla y había sido repelida. Esta división, que había sufrido graves bajas, mantenía ahora posiciones al oeste de Waplitz y anticipábamos un poderoso contrataque con la mayor ansiedad. Envié a un oficial allí en coche para darme un informe sobre las condiciones de la división y su versión no fue alentadora. El Landwehr cerca de Mühlen no hacia progresos. Si el enemigo atacaba el flanco derecho del 20º cuerpo de ejército con potencia, una profunda crisis podía surgir, en el mejor de los casos la lucha se prolongaría.
Ahora aparecía la oportunidad de Rennenkampf para intervenir. Pero el enemigo no cayó sobre la 41º división de infantería y el ejército del Nieven no avanzó.
El capitán Bartenwerffer, del estado mayor del 17º cuerpo sobrevoló las líneas enemigas y trajo buenas nuevas del progreso de su cuerpo en la retaguardia del enemigo. Durante la tarde la situación cambió a nuestro favor. La 3º división de la Reserva y más tarde la 37º división de infantería, también, gano terreno al oeste de Hohenstein. La división Landwehr de Von der Goltz entró en Hohenstein mismo. El frente enemigo parecía flaquear.  El general Von Hindenburg quería ir directo a Mühlen. Nosotros caímos en un pánico momentáneo, creado por prisioneros rusos que estaban siendo transportados a la retaguardia en gran número. Este incidente creó una desfavorable impresión, extendiendo el desorden por toda la retaguardia.

Por la noche fuimos a Osterode. A causa de una infortunada orden de movilización las autoridades civiles habían dejado la ciudad. Esto debe de haber incrementado considerablemente la ansiedad de la población civil.

No teníamos del todo claro como marchaban las cosas con las unidades concretas; pero no había duda de que la batalla estaba ganada. Si sería o no una auténtica  Cannas era incierto. El 1º cuerpo de ejército había ordenado enviar una fuerza a Willemberg, secundado por el 17º cuerpo. La retirada de los rusos quedaba cortada.

Durante la noche supimos detalles añadidos. El 13º cuerpo ruso había avanzado desde Allenstein a Hohenstein y había presionado al Landwehr severamente. El 1º cuerpo de la Reserva había marchado al suroeste de Allenstein, su avance cerraría el anillo alrededor del 13º cuerpo ruso y concluiría el conjunto de la operación, mientras  el 1º y el 17º cuerpo bloqueaban la retirada de las otras divisiones.

En la mañana del 29 decidí ir a Hohenstein a intentar despejar la congestión causada por las tropas entremezcladas. Las operaciones contra el ejército de Rennenkampf tenían que ser iniciadas, tanto si se movía como si permanecía donde estaba.

Todavía otro incidente ocurrió antes de que tuviéramos la certeza de la victoria.

El día 29 temprano recibimos un mensaje de avión notificando que un cuerpo de ejército hostil estaba marchando sobre Neidenburg desde el sur y estaba acercándose a la población. Amenazaba la retaguardia del 1º cuerpo el cual, con su frente orientado al norte, estaba luchando contra los rusos en retirada. Justo en ese momento fuimos llamados desde Neidenburg, informando de que proyectiles enemigos estaban cayendo sobre la villa. Estábamos sobrecogidos. Todas las tropas disponibles fueron puestas en marcha en dirección a Neidenburg, para apoyar al 1º cuerpo de ejército en el choque que anticipabamos. Pero el general Von Francois había salvado ya por si mismo la amenaza y el enemigo causó mas desasosiego que otra cosa.







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